La salsa más linda está de luto. Esa salsa tradicional, que cuando se habla de
Centroamérica te pone a bailar de inmediato. Ese ritmo predominante con maracas, un suave
piano, las brillantes trompetas y que suenan en las calles del Caribe y Centroamérica. Estilazo por
donde se le escuche y que tiene un solo nombre: Johnny Pacheco.
“Te quiero más que a mi vida” decía el maestro en El Faisán, o como se le apodó en su
época de oro: El Zorro de Plata. Juan Azarias Pacheco Kniping fue tan importante para la salsa,
como también para la música dominicana. Flautista, compositor, arreglista, director y productor de
una exquisita salsa que ya te dan ganas de mover las piernas. El hombre sabía lo que hacía y vaya
qué recuerdos dejó en el mundo terrenal.
Es tan gigante la figura de Pacheco, que en muchas ocasiones se considera el real creador
y padre de la salsa cubana, al fundar junto a Jerry Masucci el sello disquero “Fania Récords” en
1963. A partir de aquello, la salsa tomaría relevancia mundial y saldrían a la luz, figuras tales como
Willie Colón, Rubén Blades, Celia Cruz y Héctor Lavoe. Sobre todo, cuando en 1968 se juntaron
todas esas estrellas para dar vida a “Fania All Stars”, dejando a Centro y Latinoamérica en el
epicentro de la música mundial, con la evolución del Son Montuno y que posteriormente se volvió
un clásico de este lado del planeta: la salsa.
Pacheco llegó a los once años a New York, y aprendió percusión en la Academia Juilliard.
Posteriormente, sus primeros pasos fueron agigantados cuando incursionó en el jazz afrocubano al
ser parte de la banda de Charlie Palmieri, y ya en los años 60 comienza su legado, cuando formó
su banda “Pacheco y su Charanga”, logrando récords de ventas y haciendo giras mundiales por
Europa, Asia, América Latina, y por supuesto, Estados Unidos.
Su discografía cuenta con cerca de 50 álbumes, y durante su trayectoria se consideran
innumerables colaboraciones con artistas, como por ejemplo con Pete “El Conde” Rodríguez, con
quien trabajaron el primer disco de Fania Records: “Cañonazo”. La salsa estaba de fiesta, y
Pacheco era el anfitrión de esta, dirigiendo la orquesta y buscando talentos para llevar el ritmo
latino más allá.
“Sonaron los cañonazos, sonaron los cañonazos” acompañado de las incesantes
trompetas, entretenidas percusiones y maracas. Se podría decir que la época de oro de la música
caribeña, centro y latinoamericana. El dominicano le dio al clavo, y sentó las bases para que
décadas después, la salsa se considere un patrimonio cultural.
Con “Fania All Stars” Pacheco creo una agrupación sin igual, y que hasta el día de hoy
sigue sonando en varias partes del mundo, por supuesto que, sin los miembros originales, pero
con la esencia de la salsa sabrosa latina. Con mucha importancia en sus discos en vivo, revolucionaron al público de la época, así como también con más de una docena de discos en estudios.
Johnny Pacheco falleció el 15 de febrero de este año, tras ser hospitalizado por una
neumonía en New Jersey, y fue recordado por varios artistas de talla mundial que recordaron la
leyenda del hombre que hizo más feliz al pueblo latino con su música.
Lo cierto es que la salsa tiene un rostro moreno, de lentes, bigote y una sonrisa luminosa.
La salsa tiene el rostro de Johnny Pacheco.
Las fotos Giffy Pictures
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